viernes, 3 de agosto de 2012


Sonrisar al mundo

Sonreír cura, sutura, cicatriza. Sonrisar al mundo, deberìa ser la tarea. Empezarìa por las plazas y los  parques.  Sonrisarìa calles, hospitales y oficinas pùblicas. Se puede sonrisar a cualquiera. Pero  sonrisar a un niño, debe ser un deber. Sonrisar a un anciano es un deber. Sonrisar a un enfermo es un deber. Porque la sonrisa ahuyenta la muerte. Sonreír alarga la vida.
A la sonrisa hay que llevarla puesta.  Porque los amores con mal pronóstico se revierten con sonrisas. Zambullàmonos, nademos y caminemos en sonrisas.  Pero no lleves la sonrisa en la cartera. He visto más de una vez que la necesitaste, y salieron antes los anteojos de sol, los documentos, las  pinturas, las llaves y todas esas cosas que te juegan de sonrisas. Por momentos hay que ser decidido. Al circunspecto, aplicale una sonrisa. Al beligerante,  propinale una sonrisa. Al malhumorado, estampale una sonrisa. Besale la sonrisa. Sonríele la sonrisa.
Nunca te vas a arrepentir de sonrisar a alguien. Sonrisèmonos y seremos mejores personas. Te lo aseguro. La sonrisa no hay que ahorrarla. No escatimes en sonrisa. Usala. Apurala. Acelerala. Quiero que nos erijamos en sonrisadores de éste mundo desonreìdo. Si perdiste, la sonrisa apura la recuperación.
Dibujemos sonrisas en el piso para los cabizbajos y en el techo para los insomnes. Con  colores fluorescentes. Incandescentes. E  incluso indecentes.
Los bebés nacen sin dientes, pero sonríen hermosos. A mis hijos los conocí sin dientes. Más tarde con un diente y así sucesivamente. Hasta la sonrisa de hoy. Y todas esas sonrisas me han sonrisado la vida a mí. La sonrisa, es  esdrújula en sonriámosle. Grave en sonreìle.  Aguda en sonreí. Me puedo sonrisar en el presente en el pasado y en el futuro. La sonrisa es universal. Es perfecta. Nadie puede ser detenido por portación de sonrisa. Ni tampoco por averiguación de sonrisas anteriores. He visto la sonrisa de la luna en su andar adverso. Por eso, repito, sonrisemos el mundo. Ayudame. Empecemos vos y yo. Ahora. Porque ver el surquito de tu boca sonriente me cubre de sonrisas el alma.

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