jueves, 19 de noviembre de 2009

LA TORRE DE BABEL

..."El Creador" advirtió que el hombre podría emularlo. Que adoraba al sol, la luna y las estrellas, pero no a El. Entonces los castigó para que no se entendieran, creando entre ellos múltiples lenguas. Aquello sucedió en la ciudad de "Babel", donde la confusión fue derrotada por tres formas de expresión universales.

Ella era hermosa, simpática y dulce. Vivía en Sidney y se tomaba unas cortas vacaciones en Surf Paradise.
El era alegre, intrépido y llegaba allí, ávido de aventuras. Acababa de finalizar una larga y conflictiva relación.
El ignoraba a Shakespeare.
Ella balbuceaba escasas palabras en el idioma de Cervantes.
Bastó que se interceptaran sus miradas, para que esa noche se arremolinaran sus cuerpos y sus almas.
Ella necesitaba sentirse deseada desde su vigilia de besos.
El ansiaba borrar las marcas de aquél amor agridulce.
Descubrieron así el idioma de la pasión.

El regresaría a su país al día siguiente. Deseaba hacerlo. Lo esperaba el afecto inconmensurable de sus hijos.
Al despedirse desplegaba su sonrisa expresando felicidad.

Ella mientras, sepultaba entre lágrimas el idioma del dolor.

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