martes, 19 de febrero de 2019

Gira a Nueva Zelanda 2019

En principio agradecerles que me hayan invitado a escribirles y felicitarlos por la disciplina y el esfuerzo que han puesto para llevar a cabo la gira. Que no es una gira más. Creo que no me equivoco si digo que es la más numerosa de la historia del club. Una historia que comenzó en 1919. Con lo cual ha querido el destino que fueran ustedes quienes nos representen en el año de su centenario. Y acá quiero contarles algunas cosas que quizás no sepan.
Desde que nacieron , sólo vieron festejos, triunfos y copas. Pero nos llevó 77 años ganar el primer torneo de la U.R.B.A en el 96. Todavía recuerdo la pitada final del partido contra Regatas y los pibes corriendo al balcón para saludarse con los “viejos”. Parecía un sueño. ¿Sería el último? Y no. Era el primero. De un montón más. Pero se llegó hasta acá con el esfuerzo de muchos. Dando siempre. Con entrega y sacrificio. Con mucha humildad, respeto y rigurosidad. Priorizando la amistad. La conformación de grupos. Comprometiéndonos. No hay secretos. Es un juego de conjunto. Con gente más grande que los entrena. Que descuida cosas. Laburo, familia, trabajo y demás para estar con ustedes. Con la clara consigna de ser útiles, no importantes.
Buen viaje muchachos. Y hasta la vuelta. Quizás a muchos de ustedes le tocará jugar en la división superior. A otros no. Pero la relevancia de cada uno de ustedes no dependerá del lugar donde les toque jugar. Dependerá en todo caso de todo el resto de condiciones que debe reunir un hombre de rugby.
Por eso, para terminar, quiero decirles que disfruten cada momento de éste viaje. Que abran los ojos. Que conozcan. Que comparen para ver el tesoro que tenemos en Torcuato. Para que lo cuidemos. Y por sobre todo, que la celeste y amarilla no es para ponérsela un rato. Es un sello. Es una forma de encarar la vida. Siendo mejores tipos cada día. Solidarios. Dispuestos para entregarnos siempre y dar lo mejor de nosotros. Para ser leales y honestos. Dentro y fuera de una cancha. Ganando con humildad y siendo dignos en la derrota. Los invito a que honren éstos colores. A cada paso. En cada actitud. Estimulando al compañero. Alentándolo siempre. Hasta en el yerro. Y por ese camino sentir que sos celeste y amarillo. Como el color de tu sangre y como canta la 26, como el color de tu corazón.

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