Los Hijos
Y cuando el sueño tuvo el dolor de los dientes cuando cortan
y sus risas invadieron los rincones de juguetes tirados por el suelo
y los ruidos de pelota rebotaron en acordes de guitarra
y de domingos de bici con rueditas
cuando mis brazos abrigaron cuatro abrazos
que reflejaron mi antigua risa sin espejos,
entonces supe que alguien me había premiado
y que mi vida había cambiado para siempre.
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