lunes, 15 de septiembre de 2025

Nuestro Club

 

  • Breves instrucciones para hacer  un club como el nuestro.       Básicamente se necesitan algunos jóvenes que demuestren prematuramente  signos de insanía. Que sueñen un lugar fuera de escala, donde jugar y crecer sean el motivo. indispensable  será tener un líder imprudente, que salga a conseguir 5 hectáreas y vuelva con la certeza  de comprar 80. Ahi entonces se requiere que el grupo de enajenados que lo acompañan lo apoyen en la decisión sin restricciones. Desquiciados con sus insensatos ideales ponen entonces manos a la obra meticulosamente. Claro que esa epidemia de gente alborotada al cabo de un siglo logra que la locura se difunda. E incluso se contagie. Los disparates van aumentando  y con el tiempo trastornan a un grupo de mujeres que hasta el momento no habían dado muestras de insanía. Suman entonces a éstas leonas que ofrecen sus  ideas y trabajo postergando a veces intereses y cuestiones personales. Y hacen bingos y tortas y fiestas y mil cosas. Asi se hace un club como es el nuestro. Con un delirio colectivo y contagioso. Si no sos así, mejor no te arrimes demasiado. No es bueno que la correntada te lastime. Somos así, incorregibles. Corren riesgo en consecuencia   nuestras crías que  nacen de esas parejas aturdidas y se forman en ese disparatado contexto. Imprescindible será irse dormir con la celeste y amarilla  que usaron todo el día. Delirantes. Con una frase que intenta darle forma a ese atentado a la razón  “no traten de entenderlo”. Y tienen razón. Ésta gente está enferma de verdad. De pasión desenfrenada. Alienados. Enajenados. Los encargados de recibir nuevas familias  a éste delirio, sólo observa que  se incorpore gente que privilegie el sueño al pensamiento. Que valore el hacer. Que posea un corazón más grande que el cuerpo que los rodea. Es entonces que de la misma manera que un desequilibrado se sumerge en una zanja con dos metros de agua para buscar la pérdida de un caño y otro pone la ingeniería financiera para encarar una nueva cancha o afrontar un juicio, muchos otro entrenan. Y  mientras otro lanza una gira inoportuna para 130 personas a Europa y las mujeres recaudan de forma heterodoxa dinero para la cancha de agua, un irrespetuoso clava un drop de mitad de cancha después que sonó la chicharra. Y así van. Movidos por el desorden.  Por la entropía. Con la convicción de que van a un lugar mejor. Donde cada uno pone su mejor versión día tras día. Donde todo es posible porque la locura atraviesa en forma transversal a cada uno de ellos. Que siempre encaran con valentía y decisión los nuevos desafíos. Y así son. Ni mejores ni peores.  Pero algo diferentes. Qué puede salir mal?

lunes, 2 de diciembre de 2024

 Quién soy

No sé. 

No sé quién soy en realidad. 

Navego entre el abuelo de colores, siendo una pareja apacible, un padre cercano y de golpe no. Soy un asesino. Un ladrón. 

Un enfermo de pasión desenfrenada

Y mientras te arranco de las vísceras el cuchillo que te hundí ,te acaricio tiernamente. Con una canción de cuna. Con la luna en nuestros brazos.


Y te dibujo el arco iris en los labios para que te hamaques en cada color. 


Y vuelvo a cero. A la ciega ira del dolor atávico. 


A la amenaza de la era reptiliana. Y descreo todo de la vida ,de sus formas y tonalidades. Y todo es sepia. Todo es dolor enfermedad y muerte.


Sólo algún acorde me saca de ese hueco que tengo en el pecho. Que no me permite ser. Que me tiene vedado sentir y expresar. 


Pero por suerte el atardecer me devuelve el otoño, con su frío y sus imágenes cambiantes. El lento andar del sol va despidiéndose. 


Sus últimos rayos apenas me entibian éste gélido interior. 

Nada peor que teneme de enemigo.


Nada peor que mis pensamientos

ensañándose contra éste presente tan generoso como apacible.


Nada peor que mi propio desorden.


Que mi propia entropía.


Algún día sabré cual de los dos soy. Y seré mi mejor versión. Del asesino o del tipo bueno y valiente que por momentos parezco ser

lunes, 8 de enero de 2024


El abuelo


El sol resquebraja la tierra. El aire se ausenta.

Ni la sombra del aguaribay alcanzaba,

Por las hendijas de la persiana veo a mis viejos acatando la costumbre de la siesta.  

Transgredo la norma y salgo.

Bajo la sombra generosa de un alero mi abuelo lee.  

El tiempo se pone en pausa y hasta las hojas se aquietan. 

De pronto, entre espinillos y arbustos bajos, la iguana. 

La de siempre a esa hora.

Me impactaba y presentía su aparición. 

Ella no ignoraba que el abuelo dejaba un plato con agua a su lado. La iguana se acercaba y bebía.

Jugaban a no mirarse pero se sabían largamente. A ella le seducía la sombra y aliviaba su sed. A él, le atraía ese encuentro cotidiano. Finalizado su rito, ella se alejaba. Él, seguía enfocado en su lectura. Sin reclamos, aquella complicidad se renovaba verano a verano. Año a año. Ausencia tras ausencia.

Vive aun en mí cierta nostalgia recordando cuando el animal se marchaba. 

Intuía que con ella, también se alejaba mi niñez

 

 

 

lunes, 13 de febrero de 2023

Sus abrazos (Para Ame, Kaiu, Pooo)

Sus abrazos son lucesitas calmas como una nube. 

Con los brazos en mi cuello y sus cabecitas en mi pecho. 

Abrazos apretados. 

Que transmiten lo que dan y devuelven lo que siento. 

Cada abrazo es un universo de colores. 

Un estallido. 

Una estrella fugaz.   

Un torbellino. 

Abracitos irrepetibles. 

Como el tiempo. 

Como el agua de un río. 

Los abrazos quieren que nos mezclemos, nos fundamos, 

nos revolquemos en ese cuerpo a cuerpo sin tiempo. 

Que sientan que nuestros corazones laten en cada abrazo. 

En cada momentito que tenemos.  

Abrazos de ojos cerrados con olor a hogar y gusto a caramelo. 

Los abrazos son besos del alma que desesperan, 

hasta el próximo abrazo que necesito justo ahora 


sábado, 28 de mayo de 2022

Polito

Entonces volé y te hundiste en mi pecho

de un abrazo.

Moviendo tu cabeza sobre mí sin saber si te dormías.

Imaginando mientras sueños de pelota

con la magia de tu zurda 

y esos ojos celestes, que son suyos. Re celestes. 

Como el cielo que refleja soles en tu pelito rubio,

Polito mío. Cuerpito frágil de cristal bebé tan grande

que ocupas mi pensamiento en momentos como ahora, como ya, 

como con frío de agosto.

Para abrigarte con mis brazos 

que se estiran por cubrirte.

Dulce espera inquieta la mía.

Por llevarte a la cancha.

Por ponerte la celeste y amarilla

Surfeando con acordes de guitarra Polito mío

ya te espero cuando quieras conocerme.


Kaita

Cuando en febrero sus miradas se cruzaron,

el amor estalló y fuiste vos, Kaita.

Entonces la alegría iluminó los días

y traté de imaginar

cómo será tu sonrisa?

Qué senderos te trajeron hasta acá?

Te percibo revoltosa, impredecible.

Deseando tu llegada, te espero. En calma. A tu tiempo.

Con esos ojos saltarines. Mezcla rara de bebé y de cohete a la luna . 

Eso serás. Un caudal. Un torrente desbocado.

Un río revuelto. Una flor silvestre.

Corriendo como un rayo hacia donde quieras. 

Divertida. Amiga. Encantadora. 

Qué color tendrá tu piel? qué te hará reír o te pondrá triste?

Quiero tenerte, cantarte, dormirte. Quiero que seas libre.

Que rías a carcajadas. Que cantes fuerte. Que no pases desapercibida. 

Kaita vení. Cuando tengas ganas. De madrugada. 

Saliendo el sol en la orilla de tu playa. Con bicis de colores

tu Tablita de surf y el palo de hockey.

Entonces serás afuera por fin. Los tres juntos.

Cuando quieras llegar.

Cuando quieras romper el cristal del perfil de la Victoria


sábado, 10 de octubre de 2020

 Amelulu

Cuando abril empuje a marzo hacia el pasado

y los bosques se despojen de sus hojas,

la novena luna golpeará la puerta y la vida seguirá,

pero distinto.

Cuando abril empuje a marzo hacia el pasado,

tropezará el verano e irrumpirá el otoño coloreando.

Entonces, invadirás mi pecho y mis ojos y mis manos.

Y se formará un hueco en mi hombro izquierdo 

donde apoyes tu cabeza con sueño de canción de cuna.

Y te contaré cuentos que le conté s tu viejo y te cantaré canciones

que allá lejos le canté. 

De colores de pelota o de sueños de muñeca.

Y lo que tenga que ser, será. Sabrás solamente vos cuando hacerlo.

Entonces parará el mundo y el reloj no marcará las horas

y la hojas del otoño detendrán su vuelo.

Tendrá pereza el almanaque algunos días. 

Será todo tu llegada. Y habrá pasado la tormenta.

Cuando quieras. Cuando tengas ganas que amanezca.